Explorando la vía láctea.

El nombre lo dice todo: la industria láctea, desde una visión completamente personal.
Leche, queso, requesón, yogur, nata, mantequilla , butter oil, leche en polvo, leche condensada, leche evaporada, suero, WPC, lactosa ...

lunes, 14 de noviembre de 2011

El papel de los prototipos en el I+D del sector lácteo.

Hace tiempo que os comentaba el interés del prototipado rápido en el desarrollo de nuevos productos. De clic en clic, acabe cayendo en la página de METHOD en la que se glosan diferentes aspectos de la creación, innovación y … prototipado rápido (en el sector gráfico/publicitario…).


Pero ¿qué es esto del prototipado rápido?: Básicamente consistiría en la capacidad de plasmar en un objeto el producto o servicio que estemos desarrollando, que nos ayude a afinar nuestras ideas y analizar las reacciones del cliente/consumidor a lo largo de todo el proceso de desarrollo, haciéndoles partícipes del proceso creativo. Aquí tenéis una magnífica presentación sobre el tema, obra de Amalio A. Rey.

Pero volviendo al post que me hizo ponerme a escribir sobre el tema me gustaría reflexionar sobre el nivel de precisión de los prototipos en nuestro sector.

El primer nivel sería en el méthod referenciado, sería el de “baja fidelidad”, un primer borrador, en el que plasmaríamos el concepto sin desarrollar, la energía que gastemos aquí debe ser la mínima. Poniendo un ejemplo simplón, si nuestro objetivo es desarrollar un yogurt de sabores, podríamos partir de un yogurt natural ya existente en el mercado (nuestro o de la competencia) y cambiarle el color o el aroma añadiéndole colorantes o aromas adicionales. El resultado seguro que es una chapuza, pero nos permitirá reflexionar sobre el potencial que tiene nuestra idea, matizarla, presentarla a un panel de consumidores… o a nuestros colegas de marketing. La idea según Amalio es fallar rápido, fallar barato.

El segundo escalón es el de “fidelidad intermedia”, es el reino de las “cocinillas” de las plantas piloto…, en realidad resume un largo proceso de creación de maquetas cada vez más precisas, en las que probaremos la estandarización de materias primas, los cultivos, temperaturas de proceso… hasta ir obteniendo productos cada vez más cercanos al objetivo final. Aquí los laboratorios de propiedades físicas y los paneles de cata… juegan un papel decisivo.  Evidentemente, la dinámica será diferente en cada caso dependiendo del grado de innovación y de la existencia o no de productos similares en el mercado.

El tercer escalón sería el de “máxima fidelidad”, una vez testada la aceptación de nuestro nuevo producto y elegida la mejor alternativa a pequeña escala, es hora de contrastarla con la dura realidad del acero. La cuasi inexistencia de instalaciones apropiadas para el desarrollo de esta fase,  es la gran carencia de de la ciencia y tecnología española. ¿Cuántos proyectos se han marchitado en su escalado industrial?.

Lo cierto es que la complejidad de esta fase depende enormemente del producto, existiendo productos que escalan muy bien, como es el caso de los productos líquidos, en los que las pruebas intermedias pueden pasar a producción con ciertas garantías de éxito.

Pero en productos de viscosidades elevadas o en quesería, el producto resultante a escala industrial no tiene ninguna garantía de parecerse a un piloto de laboratorio. Incluso realizando elaboraciones en planta piloto con volúmenes importantes, es frecuente tener que realizar adaptaciones finales en la planta de producción definitiva.

Los productos elaborados en esta fase deben permitir su caracterización definitiva, testarlos en el mercado, estudiar su envejecimiento…, por lo que el volumen de muestra debe ser considerable con costes proporcionalmente elevados.

La pregunta del millón es ¿qué ratio de nuestros esfuerzos debemos dedicar a cada una de estas fases?, sabiendo que el coste de los ensayos deriva de la fidelidad y tamaño de la muestra tratada.

A mi modo de ver, donde se deben centrar los esfuerzos económicos y de personal es en las dos primeras fases, ya que aquí es barato modificar parámetros de producción e incluso hacer derivar los conceptos iniciales del desarrollo; cuanto más adelantado este el desarrollo mayor va a ser la resistencia a cambiar los principios de partida, tanto por el dinero ya invertido, como por simple vagancia.

Por desgracia son muchas las empresas que realizan las tres fases en las líneas de producción, "Quel gaspillage".

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